¿Qué es y qué no es la psicología positiva?

​La psicología positiva es la parte de la psicología que se dedica investigar cómo las personas pueden ser más felices.

Para ello, investigan distintas facetas de nuestra vida: nuestras cualidades personales, nuestras metas y objetivos, cómo nos relacionamos con los demás, qué emociones tenemos, cómo identificamos nuestros valores y vivimos de acuerdo a ellos…

Desde su aparición en los años 50 hasta hoy, han aparecido distintas tipos de estudios dentro de la psicología positiva: algunas investigan sobre la correlación de alguno de estos aspectos con la salud o enfermedades, otras con el rendimiento deportivo o con las competiciones, otras con cómo aplicarla al mundo laboral, a la motivación y al engagement…. Hay muchos campos dentro de la psicología positiva aplicada.

Es una disciplina dentro de la psicología que ha atraído a muchas personas. Las distintas facetas que van apareciendo en la investigación nacen de su premisa original: todos intentamos ser felices, ¿cuáles son las claves que nos llevan a conseguirlo?

Esto es algo que parece bastante obvio, sin embargo también han aparecido muchas críticas. Se les achaca muchos defectos, y algunos no son suyos.

¿Qué no es la psicología positiva?

No es la obligación de ser feliz, ni de no tener emociones de tristeza

Una de las críticas más habituales es que la psicología positiva conlleva la obligación de ser feliz. Tienes que estar feliz y alegre todo el rato y no te puedes quejar de nada. No puede haber nada que vaya mal en tu vida.

Esto no es así, obviamente. Vas a tener un momento dado, o muchos momentos dados, en que te vaya mal algo en la vida. No se trata de una obligación de ser feliz, sino de que, como tenemos esa aspiración, vamos a ver cómo satisfacerla, cómo hacerla fácil, cómo se puede conseguir.

Otra de las críticas que se le hacen es que hay que negar toda emoción negativa: no se puede estar triste, o enfadarse, o tener miedo de algo, o quejarse… Hay que estar feliz. Sólo se puede admitir el amor, el humor, la alegría, la felicidad… todo el rato.

Esto tampoco es cierto. La psicología positiva te ayuda a encontrar más fácilmente las distintas emociones positivas que hay en la vida, pero no a negar, ni evitar, ni ocultar las negativas.

El nombre de positivas sólo quiere decir que la gente las valora como emociones que le gustan y, por lo contrario, se les ha puesto nombre de negativas, a las emociones que a la gente no le gusta tener. Que no guste tenerlas, no significa que haya que olvidarlas, evitarlas o no hacerles caso. De hecho, eso no sirve más que para acrecentarlas, cuando encima, dejamos pasar el tiempo, y ya ni sabemos de qué venían.

Al contrario, hay que reconocerlas igual que a las positivas, están ahí y van a seguir estando ahí. Son como tener sed, hambre o sueño, naturales y en algún momento las tendremos. Además, queremos que sigan estando ahí, son útiles y, como todas las emociones, nos dan información sobre nosotros mismos y sobre el mundo que nos rodea.

Lo que ha estudiado la psicología positiva es que puede que vivamos las emociones negativas como más potentes, puesto que al ser estados de alerta del cuerpo, pueden durar más tiempo o quedar en estado latente durante unos instantes, tras haber aparecido, con lo que se pueden repetir más a menudo.

Mientras que las positivas son… más ligeras, más fugaces, y que es posible que, si no les prestamos atención, parezca que no están.

Por lo tanto, para llevar una vida más satisfactoria, nos conviene prestarles atención a las emociones positivas, a las que aparecen por sí solas, y a las que creamos buscando momentos que nos gustan. Puesto que son ellas las que nos van a ayudar a encontrarnos bien.

No es centrarse sólo en mí y en mi propia felicidad

Otra de las críticas es que es una filosofía individualista, que lo único que hay que preocuparse de que tú estés bien y los de tu alrededor… ya veremos. Que si el mundo está mal no lo mires y, por tanto, no lo arregles.

No es cierto esto tampoco. Al contrario, una de las cosas en las que hace bastante hincapié la psicología positiva es que gran fuente de nuestra satisfacción son las relaciones significativas, es compartir con otros, es dar con generosidad, es agradecer…

Por ejemplo, el modelo PERMA propuesto por Seligman describe cinco componentes que estarían presentes en las personas felices: las emociones positivas (P), el compromiso con la práctica de las fortalezas personales (E), las relaciones sociales positivas (R), el propósito vital y la determinación de objetivos que sobrepasan la existencia individual (M), y el logro (A), que es el compromiso con los objetivos que las personas establecen para sí mismas.

Y habitualmente, el propósito vital está muy conectado con un compromiso con la sociedad, con las personas que nos rodean, con el mundo.

Es decir, tanto las relaciones sociales como nuestro compromiso con el mundo, nos hacen ser más felices. Sin ellas… puede que sintamos que nos falta algo.

Tampoco es magia, ni pensamiento mágico

Por último, otra de las cosas que le critican es el pensamiento mágico. Han aparecido bastantes libros que se suelen identificar como libros de psicología positiva, que hablan de que si tú estás bien, si te fijas en lo bonito del mundo, la vida te devuelve más cosas bonitas.

A este respecto, recomiendo este video, muy gracioso y con el que estoy bastante de acuerdo en qué habla de cómo vivir la vida, en el que Odín Dupeyron llama a esto pensamiento mágico pendejo.

 

(Si te ha gustado, la entrevista completa está en vimeo.

Esto, una vez más, tampoco es de la psicología positiva. Lo que puede estar relacionado, es que la psicología positiva ha buscado correlaciones entre las personas felices y sus características y otros aspectos de su vida.

Y se han encontrado correlaciones entre el optimismo y la salud. Por ejemplo, con que la gente pesimista tiene más accidentes, tiene menor edad de vida o encuentra menos trabajo cuando los está buscando.

Esto no es por lo que te devuelve la vida acorde a tu humor, o por lo menos, no es ésa la causa que le encuentra la psicología. La causa está en cómo nos hace comportarnos cada emoción. Y las positivas nos permiten tener mayor amplitud de atención, mientras que las negativas nos impiden esta magnitud, nos cierran el foco de nuestra visión como si fuésemos por la vida con orejeras. Nos obligan a concentrarnos en el punto que nos preocupa, al que le otorgan mucha atención porque lo identifican como un peligro o como la fuente de nuestro dolor y, por tanto, nos dificultan la visión de otras cosas que nos rodean. Y como muchas de nuestras oportunidades están donde no las esperábamos… Y también lo están los bordes de las mesas con los que nos golpeamos de vez en cuando.

¿Cómo poner en práctica esto para ser más felices?

La psicología positiva se concentra en potenciar lo que nos gusta de nosotros.

En comparación con otras ramas de la psicología, se enfoca menos en corregir defectos, en cambiar lo negativo. De ahí el origen de su nombre, puesto que no tiene por objetivo principal corregir la enfermedad mental, sino potenciar la salud mental. Se concentra en magnificar lo positivo que todo el mundo tiene en su vida. Por ello, una de sus herramientas básicas es potenciar nuestras cualidades.

Y es que la felicidad no reside tanto en corregir lo que no hacemos del todo bien, sino en cómo sacarle brillo todos los días a nuestras virtudes. A lo que sí nos gusta de lo que somos, de lo que hacemos. A hacerlo más, a hacerlo mejor.

 

En conclusión, hay muchas formas de poner en práctica lo que se cuenta en este artículo, con cualquiera de los caminos propuestos:

  • ya sea prestar atención y el reconocimiento de las emociones positivas que tenemos todos los días,
  • ya sea permitirnos tener un foco de atención más amplio en vez de concentrarla en lo que no nos gusta,
  • ya sea dedicarnos a practicar y sacarle brillo a nuestras virtudes y a nuestros valores,
  • ya sea compartir con los demás, a tener relaciones importantes y generosas

Cualquier de estos caminos, nos van a permitir ser más felices

Cualquiera de ellos, nos permite ampliar unos de los conceptos históricos de felicidad. No tanto la asociada al bienestar hedónico del placer, sino la asociada al bienestar eudaimónico: el desarrollo del potencial humano, el desarrollo de capacidades y el crecimiento personal.

¿Qué es lo que te gustaría hacer a ti para ser más feliz?

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