La solidaridad es un valor humano, que se define como el apoyo o ayuda que da una persona a otra en tiempos difíciles.

Un individuo solidario realiza el acto de ayudar sin dudarlo o sin esperar recompensa por sus actos, no busca ningún interés al apoyar a quien lo necesita.

¿Qué implica ser solidario?

La solidaridad supone colaboras con el crecimiento y bienestar de el prójimo, ser consciente de que esa otra persona merece lo que recibe porque tiene valor y es tu igual.

Cuando ayudas creas una conexión especial con ese individuo, a pesar de no que, quizás, no sea cercano. Y al mismo tiempo, ganas un sentimiento de satisfacción o bienestar por tan solo hacer el bien.

No hace falta esperar que ocurra una desgracia, cada día puedes aplicar el valor de la solidaridad. Apoyar a alguien con un acto que consideramos sencillo puede significar un mundo para esa persona.

La solidaridad, la ayuda y la colaboración, básicas para las personas

Los seres humanos somos animales débiles, nuestra principal herramienta de supervivencia es el grupo, la comunidad. Día a día, necesitamos a otras personas. Quizás por eso nos sentimos tan bien cuando ayudamos.

Hemos oído hablar mucho de la competición, como la estrategia para la supervivencia: quien es más fuerte, gana. Esta visión de que el mundo es una lucha, que se gana compitiendo, ya es antigua. Hoy en día se sabe que la colaboración es una estrategia evolutiva y que ha tenido tanto o más peso en la supervivencia humana que la competición.

Probablemente por eso nos gusta ayudar a otros. Y con eso están relacionadas muchas emociones positivas sociales: el agradecimiento, la admiración, el amor…

Y en estos tiempos, en los que la forma de relacionarnos con otras personas tiene tanto peso en la salud individual y en la grupal, nos puede ser muy útil recordar lo bien que nos sentimos al colaborar con los demás.

Formas de aplicar la solidaridad en tu día a día

Existen muchas acciones que puedes realizar de forma cotidiana que te harán sentir mejor, harás a otros sentirse de igual forma y serás un ejemplo para quienes te rodean.

 A continuación, te enumeramos ideas en las que te puedes inspirar: 

1. Sé consciente de tus actos

Cualquier acción que realices en tu día a día puede afectar de forma positiva o negativa a otros. Por ejemplo, recoger la basura cuando estás en la playa o en el parque, para contribuir con la limpieza del lugar, o ayudar a compañeros de trabajo cuando ves que tienen un volumen agobiante de trabajo.

Te invito a pensar en las cosas que realizas en el día y a reflexionar sobre cómo hacerlas beneficiando a tu entorno.

2. Colabora con una ONG a través de donativos

Existen miles de ONGs en el mundo que buscan ayudar con diversas situaciones. Elige una causa que te apasione o con la que te identifiques y luego, busca organizaciones que contribuyan con ella. 

Analiza la cantidad de dinero que puedes donar para que tu generosidad sea sostenible a largo plazo y… ¡enhorabuena por contribuir a mejorar el mundo!

3. Practica el voluntariado

Otra acción solidaria que puedes hacer con ONGs es ser voluntario. Usa parte de tu tiempo libre para colaborar en tu comunidad. Trabajar de primera mano como voluntario es una de las actividades solidarias más satisfactorias y rápidamente se vuelve parte de ti.

Se puede hacer de forma periódica, un rato cada semana, pero también de forma puntual, en algunos momentos del año. Puede ser una tarea que te ayude a poner en práctica esas habilidades que no usas tanto en otros terrenos, o quizás a entrenar aptitudes nuevas. Además, estarás conociendo a otras personas, puede que con inquietudes similares o completamente diferentes a ti.

El voluntariado suele ser una gran fuente de aprendizaje, además del enriquecimiento que produce poder ayudar a alguien.

4. Dona sangre

Es una de las acciones solidarias que puedes hacer y enormemente significativa para quien la recibe. Cuando donas sangre contribuyes a salvar vidas. A diario decenas de personas de tu ciudad necesitan sangre para poder sobrevivir, cualquiera la podemos necesitar, y depender de esa generosidad anónima.

Consulta por internet el hospital o la unidad de donación de sangre que mejor te viene.

5. Acoge a un animal abandonado

Hay muchos animales en refugios que han sido abandonados. Tú les puedes dar ese hogar que necesitan, o ofrecerte a cuidarlos por un tiempo. 

Recibe uno en tu casa y tanto si es permanente como si es temporal, puedes hacer su vida más feliz y la tuya también. Muéstrale tu respeto y hazlo sentir querido, todos merecemos un hogar.

6. Dona a quien lo necesita

Tanto si es a personas de la calle, como si es a través de alguna organización, no sólo puedes donar dinero, sino también comida, ropa, medicamentos o juguetes.

7. Ayuda en el trabajo

Todos hemos necesitado ayuda en el trabajo en algun momento. Y a casi todos nos han echado alguna vez una mano. Ya sea explicándonos algo que no sabíamos o haciendo parte de nuestra tarea un día que estamos a tope, o simplemente recogiéndonos unas hojas de la impresora y trayéndonoslas a la mesa.

Muchos de los gestos que crean un buen ambiente de trabajo son pequeños, como sujetar el ascensor a quien viene detrás, otros son más importantes y nos llevan más tiempo. Todos ellos ayudan a que el ambiente sea mejor e incitan a los demás a comportarse también así.

La solidaridad como hábito

En cualquier sitio, la solidaridad puede ser aplicada en los actos más simples, como ayudar a alguien en unas escaleras con un paquete pesado, hablar con un ser querido o compañero de trabajo que no se encuentre bien, ceder tu asiento en el transporte público, tirar y reciclar la basura en los contenedores correspondientes…

Escríbenos ¿qué experiencias has tenido realizando actos solidarios? ¿o cómo te has sentido al recibir una ayuda que ha sido muy valiosa para ti?

 

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